miércoles, 27 de junio de 2012
Un llamado a la sensatez y la cordura (El Mundo)
8:39 | 
Publicado por
MODERACION POR EL SALVADOR |
Desacatar las resoluciones de la Sala de lo Constitucional no deja ningún triunfo a nadie, solo una enorme pérdida en la inseguridad jurídica del país.
La decisión de la Sala de lo Constitucional de declarar inaplicable
un cuestionable y acelerado fallo de la Corte Centroamericana de
Justicia era lo esperado. Ese tribunal regional no es un tribunal
supranacional y nuestra Constitución es bien clara sobre que la Sala de
lo Constitucional es el “único” tribunal que puede interpretar la
constitucionalidad o inconstitucionalidad en determinada situación.
Pero más allá de este hecho en sí, como medio de comunicación debemos
hacer un llamado a la cordura y la sensatez a las fuerzas políticas que
se han lanzado peligrosamente a la aventura de desacatar las
resoluciones de la Sala de lo Constitucional y amenazan con
destituciones y hasta de un virtual Golpe de Estado contra el Órgano
Judicial utilizando a la Fuerza Armada.
Si el FMLN quiere mostrarse como fuerza política seria y sensata,
debería sentarse a negociar con la otra fuerza mayoritaria del país,
ARENA, y solventar las violaciones constitucionales hechas en 2006 y
2012 sobre la elección de magistrados.
Si el FMLN quiere encapricharse con someter a la Sala Constitucional
para pagar la genuflexión de sus aliados, entonces habrá perdido una
oportunidad de mostrar que los intereses nacionales están por encima de
sus mezquinas pretensiones.
Proseguir con el desacato solo favorece a la inseguridad jurídica, a
la inestabilidad política y social y atenta permanentemente contra la
justicia, la separación de poderes y la independencia judicial.
El país necesita cada vez más a naciones como España, Alemania o
Costa Rica, donde se respetan los procesos constitucionales de sus
tribunales y no a Venezuela, Nicaragua o Bolivia, donde se ha
partidizado al Órgano Judicial. Necesitamos cordura y sensatez también
de una corte regional que parece tribunal de Macondo, en su manoseo
institucional.
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EDITORIALES
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