Visitas
MODERACION
viernes, 11 de mayo de 2012
Lo más importante es que la transparencia se vuelva función natural (LPG)
Ahora se verá cómo va entrando en acción el factor clave, que es el interés y la vigilancia de la ciudadanía, destinataria principal de toda esta dinámica, que aún está en pañales.
Ya está en vigencia la Ley de Acceso a la Información Pública, luego
de un proceso largo y tortuoso para llegar a ello. Es claro que se trata
de un tipo de legislación que al poder público, en todas sus
ramificaciones, le produce resistencias y escozores, porque aún estamos
inmersos en la cultura tradicional del ocultamiento, del disimulo y de
las maniobras evasivas, tanto en lo que toca a las formas y mecanismos
de la gestión como en lo referente al manejo de los recursos
financieros. Así se ha visto cómo la ley correspondiente, que la misma
evolución democrática hacía inevitable, ha vivido un verdadero calvario,
con diversas estaciones, que continúan luego de que su vigencia acaba
de hacerse realidad jurídica, aunque aún falta mucho para que sea
realidad práctica.
Hay que reconocer, en todo caso, que contar con
una ley de esta índole es un paso adelante en la ruta de nuestra
accidentada democratización; y, por su propia índole, es uno de esos
pasos irreversibles que le van dando forma a la democracia que queremos
vivir. Falta, sin duda, mucho por definir y mucho por hacer. En la Sala
de lo Constitucional pende un recurso interpuesto contra el reglamento
de dicha ley, evidentemente restrictivo de los contenidos de la ley. Y,
aunque es pieza clave del funcionamiento efectivo de la normativa, aún
no está en funciones el Instituto de Acceso a la Información Pública
(IAIP). Y más significativo aún: se carece de una definición
presupuestaria, sin la cual es prácticamente imposible mover el nuevo
aparato creado.
Es de mencionar que diversas instituciones
públicas han comenzado a poner a disposición de la ciudadanía
información sobre sus respectivos procesos burocráticos en forma
presencial o virtual. Es de destacar el caso del Ministerio de Obras
Públicas, Transporte, Vivienda y Desarrollo Urbano, que ha abierto una
Casa de la Transparencia para ejercer la responsabilidad de rendir
cuentas de una manera más completa y avanzada. En términos generales se
trata justamente de eso: de facilitarle a la ciudadanía las vías de
acceso a la información que le interese sobre cómo se maneja la cosa
pública, en todas sus dimensiones y manifestaciones; y a la vez
garantizar que sea una información suficiente, clara, confiable y
oportuna.
Contamos con una ley que, como tal, es de muy alta
calidad técnica. Ha habido un acompañamiento muy profesional y valiente
desde distintos sectores, como puede comprobarse con el trabajo del
Grupo Promotor. También en el plano institucional, y pese a los recelos y
resistencias, se han dado esfuerzos valiosos, como el de la Secretaría
de Transparencia y Anticorrupción. Ahora se verá cómo va entrando en
acción el factor clave, que es el interés y la vigilancia de la
ciudadanía, destinataria principal de toda esta dinámica, que aún está
en pañales. La ciudadanía viene mostrando creciente voluntad
participativa, y aquí hay una oportunidad de oro para hacer valer dicha
voluntad.
Según señalamos en el encabezado, lo más importante es
que la transparencia, como función natural dentro de la sucesiva
vivencia democrática, se vuelva práctica de vida en todos los ámbitos y
niveles, tanto públicos como privados. De eso dependen, en gran medida,
la certidumbre y la estabilidad, que son absolutamente indispensables
para el desarrollo.

Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
CATEGORIAS
- Amigos de Moderacion (1)
- Analisis Periodistico (1)
- ARTE (3)
- CARICATURAS (1)
- CULTURA (2)
- DEPORTES (27)
- ECONOMIA (122)
- EDITORIALES (67)
- ENTRETENIMIENTO (1)
- ENTREVISTA (7)
- FRASES (7)
- INTERNACIONAL (3)
- JUDICIAL (5)
- Noticia (11)
- NOTICIAS (261)
- OPINION (122)
- PARA LOS PEQUES (2)
- POLITICA (192)
- SALUD (4)
- SOCIAL (8)
- SUCESOS (9)
0 comentarios:
Publicar un comentario