martes, 24 de enero de 2012
Funes apuesta al concepto militar para la seguridad pública (La Página)
7:23 | 
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MODERACION POR EL SALVADOR |
Los cambios ejecutados por el presidente Mauricio Funes acerca del rumbo de la política del gobierno en Seguridad Pública parecen haber finalizado, con el nombramiento de Francisco Ramón Salinas, como director de la PNC. Para algunos analistas esto es una clara militarización de la policía, aunque el mandatario lo rechaza.
Si bien no se trata de una militarización propiamente dicha, el concepto del verticalismo y de la disciplina militar son las bases sobre las cuales el Gobierno apuesta para construir las soluciones a la ola de criminalidad que ataca a El Salvador.
Los hechos evidentes: poner de ministro de Seguridad al que días antes era Ministro de Defensa, y poner a un general retirado como director de la Policía Nacional Civil son las principales muestras del concepto que el gobierno del Presidente Funes quiere instaurar.
Y aunque el mandatario dice y repite que no se trata de militarizar la seguridad pública, tiene razón en el sentido legal de la palabra; pero también es claro que dos militares al frente del Ministerio y de la Policía se entienden mejor que si fuera una dupla civil-civil, militar-civil o civil-militar. Militares son militares aunque estén retirados.
Lo que cambia en un concepto militarista es la cadena de mando, la disciplina y —naturalmente— el enfoque del combate a la delincuencia. El enfoque de un militar es de combate frontal, con estrategia de territorios conquistados y de un orden disciplinario para la asignación de tareas y consecución de objetivos a rajatabla.
El enfoque “policial” sin el componente militar es más preventivo y menos impositivo, salvo que se trate de grupos policiales de concepto de choque.
El reto de la seguridad salvadoreña, ahora que tendrá el concepto militarista, es saber unir ambas experiencias: las del ejército con las policiales. Y ahí son claves los mandos medios de la PNC, que deberán adecuarse a las exigencias de sus nuevos jefes. Y los nuevos jefes deberán entender que no están tratando con soldados, sino con policías.
Una ventaja para cubrir esta necesidad es que muchos mandos medios o fueron militares antes o fueron guerrilleros y están acostumbrados (o deberán reacostumbrarse) a las órdenes verticales.
Los hechos
El presidente Funes cesó a Carlos Ascencio al frente de la PNC para echar adelante un nuevo rumbo en la estrategia de seguridad en el cierre de mandato.
En su lugar nombró a Francisco Ramón Salinas, quien se desempeñaba como viceministro de Seguridad y que además fue el primer jefe del escuadrón Zeus, que encabezó las tareas en el combate a la delincuencia.
El nuevo director de la PNC se reunió con los altos mandos de la corporación policial, unas horas después de haber sido juramentado por el presidente Funes.
Francisco Salinas dijo que tiene muy buena aceptación al interior de la corporación policial y que su trabajo aportará para continuar fortaleciendo a la PNC, respetando su marco legal.
En la inauguración del año escolar, el presidente Funes anunció la que “llevaría la seguridad y el combate a las pandillas hasta los centros escolares”, debido al peligro al que están expuestos los estudiantes.
Además en diciembre de 2011, el ministro de Seguridad, David Munguía Payes, anunció la creación de una Unidad Élite para el combate a las pandillas, que estaría conformada por 313 agentes recién graduados de la PNC, que están siendo capacitados.
Los cambios en el gabinete de Seguridad han generado expectativas y reacciones. La población espera que la situación de violencia pueda ser controlada y que se reduzcan los crímenes; mientras que algunos políticos prefieren ver resultados antes de emitir juicio alguno.
Reacciones llegan
Para Roberto Cañas, analista político y signatario de los Acuerdos de Paz, la designación de un militar al frente de la PNC es "una pésima señal de militarización de la seguridad pública".
Cañas desaprobó no sólo la sustitución del titular de la Policía, sino también fustigó las decisiones que anteriormente tomó el mandatario respecto a la conducción del gabinete de seguridad.
"Las decisiones del Presidente están yendo contra el espíritu y letra de los Acuerdos de Paz; no entiendo a qué obedece este tipo de acciones", cuestionó el analista político.
Desde una perspectiva distinta, otro firmante de los Acuerdos de Paz, David Escobar Galindo dijo a DIARIO LA PÁGINA en una entrevista previa y anticipándose quizá al momeno, que el espíritu de los Acuerdos permanece pese a los cambios que desde cualquier sector aparezcan.
"... se cambió el escenario del país con la solución política de la guerra, fue una solución sin vencedores ni vencidos, esa es la clave", dijo Galindo.
La decisión presidencial de este lunes también trajo consigo dudas. De hecho, el cambio en el gabinete de Seguridad tomó por sorpresa a dirigentes del los principales partidos de oposición en el país.
Antonio Almendáriz, coronel en retiro y diputado de PCN, prefirió dar el beneficio de la duda al nuevo funcionario y la labor que éste podría realizar.
Sin embargo, y a pesar de no cuestionar la decisión del presidente, Almendáriz, dijo que Funes pudo haber sacado al titular de la corporación policial de la misma institución, pues "en ella hay gente capaz y capacitada para realizar la labor que se le encomendó a Francisco Ramón Salinas".
Por su parte, Donato Vaquerano, jefe de bancada de ARENA, prefirió esperar hasta ver los resultados que los cambios en el gabinete darán en los próximos días.
Aunque el tricolor celebró que junto a la partida de el ex ministro Melgar, se haya sumado la de Eduardo Linares y ahora Carlos Ascencio, porque aduce que con un cambio de este tipo habrá resultados positivos en el combate al crimen.
Guillermo Gallegos de GANA fue más allá y celebró el cambio en la PNC. Según él, estos obedecen a la necesidad de colocar al frente de la policía "gente con capacidad y deseos de acabar con los altos índices de criminalidad en el país".
El escenario
Los cambios en el gabinete iniciaron en noviembre del 2011 con la renuncia de Manuel Melgar, quien dirigía el Ministerio de Justicia y Seguridad.
Con la salida de Melgar, tomó posesión David Munguía Payes, exministro de Defensa. Además, en la primera semana de enero, el presidente Funes nombró a Ricardo Perdomo como director del Organismo de Inteligencia del Estado (OIE), en reemplazo de Eduardo Linares, quien según informó Casa Presidencial, renunció a su cargo, unos días antes.
El nuevo ministro de Seguridad se comprometió a reducir los homicidios en un 30%, que equivale a bajar de 12 muertos a 10 u 11 diarios. Tras su llegada, se especuló sobre el rumbo de Carlos Ascencio y de otros funcionarios que formaban parte de la policía.
En diciembre pasado, DIARIO LA PÁGINA supo de primera mano el inicio de las negociaciones para dar pie a la salida de Ascencio, a cambio de un retiro simbólico. Nuestra información fue desmentida en todos los medios posibles, pero el tiempo reveló el hecho.
El siguiente cambio sucedió en la Dirección Nacional de Migración. Oficialmente se dijo que el ex director de esa institución, Ramón Alvarado, al igual que los otros funcionarios había depuesto su cargo; aunque también se especuló que el ministro de Seguridad había solicitado su remoción al presidente Funes.
Sorpresivamente, este lunes 23 el presidente Funes juramente a Francisco Ramón Salinas como nuevo director de la PNC, asegurando que el cambio en el gabinete de Seguridad responde al resultado de una evaluación interna.
Las cifras frías
Sólo el último fin de semana la policía registró 27 asesinatos a nivel nacional. Oficialmente, hasta este domingo y en lo que va del año habría un total de 297 asesinatos, llegando a un promedio de 13 por día.
Según el reporte oficial del Instituto de Medicina Legal (IML) el año pasado se registró 4,374 asesinatos. La tasa representada entonces fue de 70 homicidios por cada 100 mil habitantes a nivel nacional.
En declaraciones vertidas en diciembre del año pasado, el ahora ex director de la PNC, Carlos Ascencio, responsabilizó el incremento de los crímenes al aumento del narcotráfico y pandillas.
Mientras que el informe de la PNC del 2011, destacó que la corporación policial capturó a 152 personas diarias y en el término del año se contabilizaron más de 52 mil capturas.
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Analisis Periodistico
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