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MODERACION

*La moderación es el proceso de eliminar o atenuar los extremos, es buscar el equilibrio.     *En la moderación se halla lo mejor en ética, en política, en economía. Por eso, Rubén Darío decía que “la moderación es el mejor de los bienes”.     La Real Academia Española define la moderación como sinónimo de “cordura, sensatez, templanza en las palabras o en las acciones”.     Son esas, precisamente, las características o cualidades que más se deben poner en práctica dentro de la política nacional.    

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martes, 13 de diciembre de 2011

Oda a la moderación (El Mundo)

Un político moderado asume posiciones sensatas. La falta de moderación conduce al terrorismo, a la violencia política, a grupos de exterminio, a escuadrones de la muerte, o a la retórica del miedo.
Han pasado dos años y medio desde aquel histórico 1 de junio de 2009 cuando tomó control del Ejecutivo el primer presidente de izquierda de El Salvador. Los peores miedos que muchos albergamos entonces, desaparecieron pronto. La moderación y sensatez de Mauricio Funes han sido lo que ha marcado lo que va de su gestión.
La moderación es el proceso de eliminar o atenuar los extremos, es el proceso de buscar el equilibrio. El diccionario de la Real Academia Española define la moderación como sinónimo de “cordura, sensatez, templanza en las palabras o en las acciones”. No ha sido fácil.

A Funes le ha costado, y no siempre ha tenido mesura en las palabras. Pero es que ha tenido que esquivar golpes de todos lados. El extremismo político está a la orden del día en este país. Pero los dos grandes partidos, ARENA y FMLN, aún no entienden que la gente ya se cansó de eso. Las encuestas de opinión lo demuestran y las cifras electorales lo confirman.
Las tradicionales encuestas de opinión pública de fin de año muestran los altos índices de popularidad y aceptación del mandatario salvadoreño, a la vez que registran la baja puntuación de los grandes partidos políticos, a solo tres meses de los comicios municipales y legislativos del 11 de marzo.
Es revelador que 7 de cada 10 votantes salvadoreños no se identifican con ARENA. El mismo porcentaje del electorado también rechaza al FMLN. Ese dato debería ser una señal de alarma para ambas fuerzas políticas. Sin embargo, ambos se justifican con discursos politiqueros.
En vez de haber mostrado humildad en estos meses y trabajar tesoneramente en el diseño de una oferta política y un mensaje electoral que apelara a las necesidades y los intereses del ciudadano común y corriente, ambos partidos han ofrecido más de lo mismo. Slogans publicitarios, por un lado, e ideología por el otro.
La clase política parece ignorar que en época de campaña la propuesta es lo que vale. Las ideas y la visión programática de los candidatos y de los partidos políticos es lo que debería predominar en la batalla por el corazón y la mente del votante. Pero, no. Es el pleito estéril y el mensaje vacío lo que ha privado.
¿Por qué nadie, por ejemplo, da a conocer un plan viable y realista para bajar los altos precios de las medicinas en El Salvador? O, en vez de trabajar para buscar una fórmula que resuelva la crisis fiscal del país, pierden el tiempo echándose culpas o buscando excusas.
La moderación, la mesura y la prudencia, también han estado ausentes del menú electoral. Por el contrario, el exceso, la desmesura, la soberbia y el orgullo, es lo que predomina. Los discursos electorales de la clase política están preñados de ello. Es común que previo a procesos electorales, la mayoría de partidos políticos y sus candidatos adopten visiones y ofertas electorales moderadas, pero no en El Salvador.
La moderación tiene que ver con sobriedad y estabilidad en las costumbres. Max Weber vio en estos valores la bisagra que une la ética protestante y el espíritu capitalista.
La moderación aspira encontrar acuerdos basándose en la esperanza de la “buena fe” kantiana o en la virtud inherente en el “justo medio” aristotélico.
La moderación es divisa utilizada con frecuencia en la política de muchas democracias y es una postura política propia de la democracia representativa. La moderación rechaza las concepciones dogmáticas y busca establecer un orden político basado en la búsqueda del consenso y del diálogo racional.
Un político moderado asume posiciones sensatas. La falta de moderación conduce al terrorismo, a la violencia política, a grupos de exterminio, a escuadrones de la muerte, o a la retórica del miedo y del odio. El presidente Funes le dijo al periódico mexicano La Jornada, que él representa una “izquierda sensata y moderada”. Hasta ahora, Funes ha cumplido. Su gestión ha sido una oda a la moderación.

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