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MODERACION

*La moderación es el proceso de eliminar o atenuar los extremos, es buscar el equilibrio.     *En la moderación se halla lo mejor en ética, en política, en economía. Por eso, Rubén Darío decía que “la moderación es el mejor de los bienes”.     La Real Academia Española define la moderación como sinónimo de “cordura, sensatez, templanza en las palabras o en las acciones”.     Son esas, precisamente, las características o cualidades que más se deben poner en práctica dentro de la política nacional.    

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martes, 20 de diciembre de 2011

2011 terminó bien para Funes (El Mundo)

El 2011 fue un año sumamente difícil. La crisis económica mundial pegó muy fuerte en El Salvador.

Con una trascendental victoria política en la Asamblea Legislativa y una serie de nombramientos moderados y acertados en su gabinete, el presidente Mauricio Funes terminó de buena manera un año extremadamente difícil. En el proceso, se vio a la principal gremial empresarial, la ANEP, condenada a la irrelevancia.
El 2011 fue un año sumamente difícil. La crisis económica mundial pegó muy fuerte en El Salvador. La situación es tal, que es muy probable que el crecimiento de la economía para este año sea por debajo del 2.5% que se había proyectado originalmente. Sobre todo, por el impacto de la depresión tropical 12-E, y por la escasa inversión pública y privada.

El tema de la seguridad continuó acaparando titulares en las noticias. El avance del narcotráfico y el crimen organizado en la región mesoamericana es cada vez más evidente y las mafias están permeando fácilmente todas las esferas de la sociedad. La violencia y la muerte son los grandes protagonistas de la dinámica social en México y Centroamérica.
Los años pre-electorales siempre son difíciles, pero en El Salvador, la cosa político-electoral tiende a ser peor de lo normal. La crisis institucional generada por los fallos de la Sala de lo Constitucional en materia electoral, generó mucha incertidumbre. Pero el asunto se ha ido decantando poco a poco a favor del derecho constitucional que tenemos los ciudadanos a elegir de verdad, no sólo a votar.
Ante el inesperado pero bienvenido protagonismo de la Sala en el tema electoral, la clase política ha actuado de forma desesperada por momentos, tratado de salvaguardar sus privilegios y poder. Ello los llevó a mostrarse como lo que son: mafias políticas dedicadas a representar, avanzar y defender sus propios intereses y los de sus patronos.
Los políticos en El Salvador no representan a la gente, no son servidores públicos. Son auto-servidores, al acecho de beneficios y privilegios para sí mismos. Son también servidores de intereses específicos y asalariados de los mismos. Pero la sacudida por parte de la Sala de lo Constitucional puede cambiar esta triste realidad de manera profunda y permanente.
La crisis fiscal que vivimos viene exacerbando la realidad presupuestaria del Estado desde hace varios lustros, sin que ningún gobierno se atreviera a tomar el toro por los cuernos. El debate alrededor del paquete tributario aprobado por la Asamblea Legislativa hace unos días fue duro, y a veces, subidito de tono. Habían muchos intereses de por medio.
Pero la realidad fiscal del país finalmente convenció a los diputados de la necesidad de aprobar las reformas propuestas por Funes. “El impuesto justo es una buena inversión”, decía alguien recientemente. A pesar de la rotunda negativa de ARENA en apoyar dicha iniciativa, el paquete fiscal recibió el apoyo de 67 de los 84 diputados del parlamento.
En el transcurso del debate, la ANEP, en vez de presentar propuestas serias para solventar la crisis, se limitó a expresar su rechazo a la medida de manera inequívoca. Y, por medio de amplios desplegados mediáticos, intentó chantajear a los diputados para que no votaran a favor de las reformas presentadas por Funes.
Al final, la medida pasó por mayoría calificada, cuando solo se necesitaba mayoría simple. Pero el caso ilustró también que la gravedad de la situación fiscal pudo conmover hasta a los apacibles moradores del palacio legislativo. Solo la ANEP parece no entender la situación. Su liderazgo quedó evidenciado como irrelevante.
En la víspera de la fecha fatal para resolver el entuerto fiscal, Funes oficializó varios nombramientos en su gabinete. La decisión presidencial para llenar varias vacantes en instituciones clave del Ejecutivo, junto con la de David Munguía Payés hace algunas semanas, se caracterizó por la moderación y por un criterio meritocrático.

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