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MODERACION

*La moderación es el proceso de eliminar o atenuar los extremos, es buscar el equilibrio.     *En la moderación se halla lo mejor en ética, en política, en economía. Por eso, Rubén Darío decía que “la moderación es el mejor de los bienes”.     La Real Academia Española define la moderación como sinónimo de “cordura, sensatez, templanza en las palabras o en las acciones”.     Son esas, precisamente, las características o cualidades que más se deben poner en práctica dentro de la política nacional.    

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sábado, 26 de noviembre de 2011

Buscamos líderes con visión futurista (El Mundo)

El país -y toda Centroamérica-carece de auténticos líderes, de gentes que tengan visiones futuristas, planes de gobierno ajustados a la realidad del entorno, que sean impulsores de una plena democracia. Armando-Rivera-Bolaos 

Armando Rivera Bolaños
Abogado y Notario


Estamos a las puertas de otro evento electoral y si los salvadoreños somos cuidadosos, veremos  que hasta este momento, los nuevos candidatos que han surgido para alcaldes y diputados, prometen las mismas cosas que ofrecen aquellos que van por el “refill” en sus municipios o en las curules  legislativas.

Algo similar que me recuerda a la bella reina de las fiestas patronales de mi querido San Miguel de hace cuarenta y pico de años, cuando otro alcalde puso de moda “el carnaval garrobero” y ella dijo a los periodistas que la rodeábamos: “voy a poner todos mis esfuerzos en favor de los niños y las personas ancianas”, y cosa rara, desde entonces para acá,  las subsiguientes  reinas carnavaleras siguen expresando esa buena intención, igual que lo hacen nuestros eminentes políticos criollos, que en estos días prometen las mismas  obras y van casa por casa, barrio por barrio, cantón por cantón, repartiendo víveres y besando a los niñitos “caretos” de las comunidades pero, que, cuando llegan a sus puestos,  cuesta un ojo de la cara para que nos atiendan.


Lo anterior nos revela, de cuerpo entero, que el país -y toda Centroamérica- carece de auténticos líderes, de gentes que tengan visiones futuristas, planes de gobierno ajustados a la realidad del entorno, que sean impulsores de una plena democracia y no esta democracia debilucha que aún no se levanta, por ser de poca intensidad, cargada de cortoplacismo, mucha demagogia o actos populistas que a nada bueno conducen. Varios de nuestros políticos ya sobrepasaron la edad de “jubilación”, son de etapas tan pretéritas que no encajan con las exigencias modernas de la sociedad y lo que es peor, se volvieron incapaces para avizorar el futuro, que con fuerza inusual ya se anuncia en el horizonte.

La impresión que me dan esos políticos conformistas, sin considerar tendencias, es que ellos ya agotaron la visión de un nuevo país y quieren seguir prolongando, con sus posturas “tataratas”, una guerra ideológica que ya no existe, pues la perdieron hace un buen rato, sin haber formulado siquiera el borrador de un plan de nación, cuando tuvieron el tiempo de hacerlo. Necesitamos tener en la conducción de los municipios y de la Asamblea, un bloque consistente de personas que posean una nueva visión de la futura sociedad, que piensen hoy con pulsiones para el mañana, que nos dejen las bases para el pasado mañana de los salvadoreños. Y si hablamos de conducción edilicia y legislativa, eso significa en buen cristiano, que necesitamos que arriben auténticos líderes de las mayorías. Salvadoreños con mente centroamericana, que sean capaces de unir todos los sectores de la sociedad, especialmente, que apoyen y se apoyen en la libre iniciativa empresarial. Ya lo dijo Abraham Lincoln: No podemos lograr la riqueza de una nación, queriendo hacer pobres a los ricos y más pobres a los pobres

De hecho, y lo expreso sinceramente, soy uno de los millones  que creen en la iniciativa privada como la senda del bienestar, el cual se volverá una bella realidad, cuando el sector empresarial, de todo nivel y capacidad, salga, decidido, al encuentro de ese futuro que tanto queremos los salvadoreños, porque así como vemos la calidad de los políticos aspirantes del otro año, no encuentro en sus proyectos algo que nos haga medio ver que estén pensando en una política de planificar para el país, así con mayúsculas, PLANIFICAR PARA EL PAÍS, lo cual significa aunar esfuerzos por, para y entre todos los sectores de la vida nacional, sin recelos, sin ataques, sin golpes bajos, sino con armonía, unidad, patriotismo y franco anhelo de cambiar el interés particular por el bien común.

No es posible seguir con un modelo democrático patituerto, raquítico y vulnerable a los caprichos de una legislatura o un TSE partidistas. Necesitamos fortalecer, desde ya, una plena democracia salvadoreña. Esa democracia se fundamentará no solamente con las elecciones que efectuamos cada cierto tiempo, sino en el quehacer permanente de los funcionarios con liderazgo que elijamos limpiamente. Gentes que lleguen a ejercer sus funciones sin pertenencias ciegas o ataduras previamente condicionadas, sino en provecho del pueblo que les otorgó en las urnas el mandato de sus cargos.

No se trata de formar grandes e inamovibles bloques legislativos o municipales de tal o cual partido, sino bloques de funcionarios públicos al servicio de la sociedad, con estricto cumplimiento de la Constitución y las leyes. Gentes pensantes, gentes que posean el don del futurismo y que estén dispuestas a ser renovadas por otras generaciones  y no empecinarse, como garrapatas en cueros de res, por seguir a troche y moche en sus cargos. Sobran ejemplos.

Yo invito a mis conciudadanos a meditar por quién daremos nuestro voto. Es la única arma legal con que disponemos los salvadoreños, para cambiar el parque jurásico de la política criolla y relanzar ésta a nuevos espacios, dándole nuevos hálitos de paz y prosperidad.

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