MODERACION POR EL SALVADOR

Los jóvenes del país se quejan continuamente de la violencia, de la falta de oportunidades, de la baja calidad educativa, de la falta de espacios políticos… ¿Y cuántos hacen algo para contribuir a cambiar el país donde vivimos? Los jóvenes de "Un Techo para mi país", han estado ocupados todo este mes organizando y calentando el ambiente para la gran colecta del 28 y 29 de julio llamada "Hace falta trabajar más".

Bajo las consignas "a romper con la indiferencia de los salvadoreños" y "que nadie nos suba la ventana", este fin de semana cientos de jóvenes voluntarios se harán presentes en las principales calles del área metropolitana, para recolectar fondos para construir más viviendas de emergencia.

Desde inicios del mes comenzaron con las actividades de sensibilización. En los centros comerciales Plaza Mundo, Plaza Merliot y La Gran Vía se hicieron presentes más de 150 jóvenes para realizar el primer "flash mob" en el país llamado "Pilotazo techo", buscando llamar la atención, denunciar la situación de pobreza y exclusión de muchos salvadoreños e invitar a la acción. Un "flash mob" es una multitud instantánea que se hace presente repentinamente en un lugar público, realiza actividades inusuales y luego se dispersa también rápidamente. Los jóvenes del Techo bailaron durante unos tres minutos simulando las actividades de la construcción de viviendas como serruchar y martillar. El 16 de julio siguieron con la cadena humana que unió simbólicamente el redondel de la Constitución con el del Salvador del Mundo con el lema "No hay dignidad sin justicia". La cadena humana estuvo compuesta por voluntarios del Techo y por pobladores de las comunidades beneficiadas por la organización.

Con más de 10 años de existir en el país, al mes de mayo los voluntarios del Techo habían construido más de dos mil viviendas en más de 100 comunidades diferentes. A esas alturas el Techo ya había podido convocar a más de 8 mil jóvenes a participar en una solución parcial a la situación de pobreza de familias salvadoreñas y a dejarse sensibilizar por la realidad de estas comunidades pobres. Además son 36 comunidades con las que ya se trabaja bajo el modelo de Habilitación Social y 126 jóvenes participan todos los fines de semana en este programa. Como segunda fase del modelo de intervención del Techo, los jóvenes colaboran con las comunidades para crear cohesión social, estructuras comunitarias y desarrollo económico.

No debemos de dejar pasar la oportunidad de colaborar con los jóvenes voluntarios del Techo este fin de semana. Ojalá que todos pudiéramos donar al menos un dólar para que no sólo lleguen a su meta de recaudación de este año, sino que además puedan soñar con metas más altas. Los jóvenes necesitan de nuestro apoyo, especialmente estos jóvenes voluntarios que desean tener un impacto a través de las decisiones y acciones que toman en su vida. El gran San Salvador cuenta con más de un millón y medio de habitantes. Si todos contribuyéramos, pudiéramos avanzar con casi mil viviendas de emergencia más en poco tiempo.

El sueño de tantos jóvenes de erradicar la pobreza debe entusiasmarnos a todos. Ya es hora que en nuestro país la vida tenga valor, pero no sólo eliminando las causas de la muerte, sino que permitiendo que las condiciones mínimas de la vida sean dignas y justas. Vivienda, salud y educación siguen siendo las inversiones sociales pendientes. Está bien contribuir con pensiones a los adultos mayores. Está bien dar uniformes y zapatos. Está bien el programa de comunidades solidarias. No son lo ideal. Están bien, pero no a costa del futuro. Invirtamos en vivienda, salud y educación. No sacrifiquemos a los jóvenes a continuar viviendo en un país como el nuestro. Hagamos realidad lo antes posible la meta de contar con una población sana y educada, bilingüe y con habilidades de tecnología.