Visitas

PUBLICACIONES

MODERACION

*La moderación es el proceso de eliminar o atenuar los extremos, es buscar el equilibrio.     *En la moderación se halla lo mejor en ética, en política, en economía. Por eso, Rubén Darío decía que “la moderación es el mejor de los bienes”.     La Real Academia Española define la moderación como sinónimo de “cordura, sensatez, templanza en las palabras o en las acciones”.     Son esas, precisamente, las características o cualidades que más se deben poner en práctica dentro de la política nacional.    

Siguenos

lunes, 23 de mayo de 2011

Daño colateral (La Prensa Gráfica)

Se puede estar en desacuerdo con la gestión económica del presidente Funes, pero aseverar que El Salvador, bajo su administración, ha abandonado el modelo de mercado, constituye un despropósito. Sin embargo, así lo sostiene Mary Anastasia O'Grady –analista del prestigioso Wall Street Journal– sin reparar en el daño que le puede causar al país.

No sé qué entiende la autora por economía de mercado, pues la cuidadosa lectura del artículo no arroja ninguna prueba que le dé sentido a su ruidoso título: “El Salvador abandona el modelo de mercado”. Es más, yo diría que no aporta nada nuevo a las opiniones que con frecuencia vierten “expertos” salvadoreños en los medios locales. Más llamativo resulta constatar una marcada coincidencia entre el lenguaje utilizado por la analista y el que emplean los detractores del gobierno de Funes.


Al decir esto, no estamos alabando la gestión económica del presidente Funes, pues a decir verdad, todavía estamos esperando logros tangibles que nos permitan aseverar que el país ha superado la situación –que sí merece el calificativo de desastrosa– heredada por el actual gobernante.
Sin embargo, la articulista –probablemente influenciada por las opiniones de esos expertos, las cuales, por cierto, muchos rechazan por su falta de contenido ético– opina lo contrario. Ella da por sentado que la reforma impulsada durante los tres primeros gobiernos de ARENA puso a El Salvador en la ruta de la prosperidad, cuando lo cierto es que el país se ha mantenido desde 1996 en los últimos lugares en materia de crecimiento en toda América Latina. Ese año marca la ruptura del ciclo de rápido crecimiento observado durante el quinquenio anterior, coincidiendo con el primer intento de dolarizar la economía, el incremento de cinco puntos del IVA y la instauración de un arancel cero.
Ignorar estos hechos significa prácticamente aceptar el discurso grandilocuente de aquellos que reivindican la excelsitud de la gestión económica cuando tuvieron la responsabilidad –y la oportunidad– de construir los cimientos para edificar un sistema económico sólido y pujante, pero al mismo tiempo, más equitativo. La baja inversión extrajera que registra el país es justamente un reflejo de la inexistencia de condiciones que debieron haber sido potenciadas cuando la economía empezó a recuperarse tras la finalización del conflicto armado.
Vincular esa baja inversión con la falta de seguridad jurídica, poniendo como ejemplo el caso de Pacific Rim, no solo sugiere ignorancia sino también complicidad con aquellos que han estado detrás de la mal llamada minería verde y quienes han llegado al extremo de desacreditar al país, con tal de salvaguardar sus intereses mezquinos. Coincidentemente, son los mismos que se auto proclaman como los verdaderos arquitectos de esa “nueva” economía que empezó a construirse durante la presidencia de Cristiani, pero que tuvo una vida efímera por el fundamentalismo que caracterizó a sus autores.
Esa nueva economía nunca tuvo posibilidades reales de consolidarse, porque su gestión se prostituyó desde el momento que conservó rasgos del más primitivo mercantilismo, privilegiando sectores en detrimento de la equidad y la sana competencia. Así, el sistema económico se fue decantando por un consumismo desmedido que solo se sostiene con el producto de las remesas familiares y, según se dice, con el lavado de dinero. Esto último, facilitado por la vilipendiada dolarización.
La señora O'Grady parece ignorar esta realidad; en cambio no demuestra que la gestión económica esté repudiando el mercado. Que el país haya perdido puntos en los indicadores de libertad económica no significa que ha abrazado las ideas de Chávez o se esté moviendo en la dirección que quisieran los ortodoxos del FMLN. Si este fuera el caso, el país no tendría el apoyo de Estados Unidos.
Podemos aceptar la falta de objetividad con que a veces se escribe, pero no aquellos juicios que dañan la imagen del país. En este caso, con la posible complicidad de verdaderos mercenarios

3 comentarios:

Anónimo dijo...

No hay logro mas tangible que el haber dejado a un lado la ideologia del FMLN y la de Chavez, para seguir siendo aliado de USA y no convertirnos en la CUBA de centro america.

Anónimo dijo...

Jamás en la Historia de El Salvador se ha realizado una inversión pública como se ha hecho hasta hoy.

La corrupción del neoliberalismo de los gobiernos anteriores ha dejado los daños que facilmente los atribuyen al nuevo gobierno.

Los salvadoreños estamos despertando del letargo de una derecha putrida.

Anónimo dijo...

ésta, mi Patria Linda, que lleva el nombre del Divino Salvador del Mundo, nuestro querido El Salvador, la construyeron nuestros padres, abuelos, bisabuelos, tatarabuelos… Y ahora también la edificamos todos nosotros. Y esta labor será continuada por nuestros hijos, y los hijos de sus hijos, para salir del sub desarrollo todos nosotros necesitamos de un cambio de actitud. Así como hay personas pobres y personas ricas hay países pobres y países ricos.La diferencia entre los países pobres y los ricos no es su antigüedad. La diferencia tampoco está en los recursos naturales de que disponen. Tampoco es la inteligencia de las personas la que hace la diferencia. Finalmente tampoco podemos decir que la raza hace la diferencia. LA ACTITUD DE LAS PERSONAS HACE LA DIFERENCIA. Al estudiar la conducta de las personas en los países ricos se descubre que la mayor parte de la población cumple las siguientes reglas: Lo ético como principio básico. El orden y la limpieza. La integridad. La puntualidad. La responsabilidad El deseo de superación. El respeto a las leyes y los reglamentos. El respeto por el derecho de los demás. Su amor al trabajo. Su esfuerzo por la economía y acometimiento. No somos pobres porque a nuestro país le falten riquezas naturales o porque la naturaleza haya sido cruel con nosotros. Simplemente somos pobres por Nuestra Actitud. Y eso incluye la actitud de nuestros gobernantes.