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MODERACION

*La moderación es el proceso de eliminar o atenuar los extremos, es buscar el equilibrio.     *En la moderación se halla lo mejor en ética, en política, en economía. Por eso, Rubén Darío decía que “la moderación es el mejor de los bienes”.     La Real Academia Española define la moderación como sinónimo de “cordura, sensatez, templanza en las palabras o en las acciones”.     Son esas, precisamente, las características o cualidades que más se deben poner en práctica dentro de la política nacional.    

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viernes, 17 de agosto de 2012

La angustiosa problemática económica debería estar en primera línea (LPG)

En el sector público tiene que darse una evolución modernizadora de alta intensidad, porque de lo contrario podríamos pasar muy fácilmente del estancamiento a la regresión.

En su más reciente Informe de coyuntura, FUSADES vuelve a lanzar señales de alerta sobre la situación económica del país, que viene deteriorándose progresivamente, sin que se vean indicios sustentables de que hay correcciones de rumbo y reajustes de perspectiva, que posibiliten una nueva dinámica de crecimiento y de desarrollo en todos los órdenes de la vida nacional. En efecto, son notorios y en algunos sentidos dramáticos los deterioros en áreas como inversión extranjera, estabilidad fiscal, confianza empresarial y capacidad productiva; y las cifras y porcentajes lo que demuestran es que el país se halla en un estancamiento de muy peligrosas consecuencias.

Así las cosas, resulta aún más incomprensible e injustificable que los liderazgos políticos se enfrasquen en pequeñas y casi siempre mezquinas disputas de poder que les absorben prácticamente toda la atención, cuando lo que deberían estar haciendo es integrar esfuerzos en función de activar todos los motores del progreso tanto económico como social. Se trata de una contradicción que el país en su conjunto está pagando muy cara, como se puede palpar elocuentemente en las dificultades para el funcionamiento institucional y en las complicaciones crecientes que se le presentan al ciudadano en su vida diaria.
Reglas claras, confianza en la sostenibilidad de las mismas y predictibilidad política son los factores claves para que la economía se mueva positivamente en el ámbito nacional y en los entornos internacionales. Porque hoy ya no podemos concentrarnos sólo en lo que pasa hacia adentro, como ha sido tradicional en el ambiente: todo está conectado regional y globalmente, y así hay que responder a todos los desafíos. Criterios cerradamente provincianos y obsoletos, como los que han prevalecido en temas tan sensibles y decisivos como el de las concesiones, sólo sirven de anclas oxidadas que nos impiden avanzar. El patético caso del Puerto de La Unión es muestra viva de ello.
En el sector público tiene que darse una evolución modernizadora de alta intensidad, porque de lo contrario podríamos pasar muy fácilmente del estancamiento a la regresión. Y esa evolución modernizadora debería ser el mejor estímulo para las renovaciones empresariales que el país necesita y para los impulsos de productividad que el proceso demanda. Entre la economía nacional, las financias públicas, los niveles de inversión, el progreso social, la estabilidad institucional y la seguridad ciudadana hay todo un entramado de incidencias mutuas. Por eso debe haber dinamismos que los conecten, y que tendrían que partir de iniciativas impulsadas por los distintos liderazgos. En este orden, las máximas autoridades gubernamentales tienen una responsabilidad crucial, que de no cumplirse lo afecta todo.
La situación de la economía se ha puesto en evidencia de todas las maneras posibles y con todos los énfasis imaginables, sin resultados reorientadores efectivos. Esto es en verdad lo que más preocupa. Pareciera que ya nos acostumbramos a aceptar que en Centroamérica vamos a la cola del crecimiento, lo cual es la peor reacción de todas. Se requiere remover conciencias y activar proyecciones, para reanimar las energías del desarrollo.
No hay que dejar que la política del momento se apodere de todo el escenario, porque ahí mismo se genera una distorsión de muy graves consecuencias. Cada cosa en su lugar y en su momento. Reavivar la dinámica nacional es tarea prioritaria, en la que ya vamos retrasados.

 

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