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MODERACION

*La moderación es el proceso de eliminar o atenuar los extremos, es buscar el equilibrio.     *En la moderación se halla lo mejor en ética, en política, en economía. Por eso, Rubén Darío decía que “la moderación es el mejor de los bienes”.     La Real Academia Española define la moderación como sinónimo de “cordura, sensatez, templanza en las palabras o en las acciones”.     Son esas, precisamente, las características o cualidades que más se deben poner en práctica dentro de la política nacional.    

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lunes, 23 de julio de 2012

Que se sienten a buscar entendimientos por la vía civilizada (LPG)

Este es momento decisivo para que la sociedad como tal enfrente el futuro de las nuevas generaciones con enfoques de compromiso sin reservas.

Las múltiples opiniones y expresiones nacionales dirigidas a motivar la búsqueda de entendimientos para superar el conflicto entre decisiones jurídicas y posiciones políticas que se ha dado en el país en las semanas más recientes no pudieron hacer lo que sí parecen estar logrando los pronunciamientos internacionales y las gestiones diplomáticas, especialmente de Estados
Unidos: llevar a los políticos a la mesa, para que se dispongan a encontrar acuerdos de solución. El Presidente de la República ha anunciado que esta semana iniciará el esfuerzo para que eso pueda llevarse a cabo. Ya era hora, y vemos con beneplácito tal iniciativa. 
Es claro que este problema, que más que tal es un enfrentamiento por actitudes y por intereses, ha surgido por la falta de respeto interinstitucional. Nuestro aprendizaje democrático está aún en fase de entrenamiento básico, según venimos haciendo ver de manera constante, para tratar de entender muchas de las situaciones que se van presentando en nuestro día a día; y sin duda una experiencia a la vez tan evitable y tan traumática como esta del pulso de fuerza por parte de un sector de la Asamblea Legislativa contra una serie de fallos de la Sala de lo Constitucional nos deja nuevas lecciones, que habrá que asimilar y procesar adecuadamente. 

En el país necesitamos ir ordenándonos en los distintos planos institucionales, y para lograrlo en forma progresiva y consistente es preciso que todas las fuerzas nacionales –no sólo las políticas, sino también las sociales y económicas— se autorreconozcan como partícipes plenas del quehacer nacional, en función de un mejor país para todos. Los atrincheramientos que son tan comunes en el ambiente ya no tienen futuro, ni pueden producir réditos sostenibles para nadie, y eso lo advierte con facilidad cualquiera que no tenga las entendederas obstruidas. El que no quiera verlo así puede quedar atrapado en una trampa histórica de graves consecuencias permanentes. 
Si logra encontrarse una solución política sostenible al enfrentamiento actual, y no hay ningún motivo para que eso no se alcance, las distintas fuerzas políticas tendrían que entrar de inmediato en una dinámica que corresponda al fenómeno real de la correlación presente, tal como surgió
de las elecciones de marzo pasado. Hay que aceptar como algo natural que en el ejercicio democrático nada se queda fijo en el tiempo. Independientemente de los signos ideológicos, al poder le cuesta aceptar dicha realidad, y de las resistencias a ello surgen problemas como el que ahora hay que resolver cuanto antes para bien del país y de su proceso. 
Tenemos que desarrollar nacionalmente las dinámicas propias para enfrentar los desafíos que se nos vayan presentando en el camino. No tiene sentido que se necesite que vengan iniciativas y presiones de afuera para hacer lo que normalmente nos toca hacer. En este caso, como en todos los casos de esta índole, siempre hay soluciones posibles, dentro del marco del respeto estricto al Estado de Derecho. Lo que se requiere, de entrada, es deponer posiciones de trinchera. Y en ese sentido, todos tienen que hacer lo suyo. La Sala de lo Constitucional también debe asumir su lección, en el sentido de que cualquier forma de absolutismo está fuera de contexto. 
Esperamos que la iniciativa del Presidente de la República, orientada a que los distintos partidos se sienten a buscar entendimientos, se concrete en acuerdos de pronta ejecución. Si es así, todos saldrán más adiestrados para cumplir su rol en pro del bien común.

 

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