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MODERACION
jueves, 28 de junio de 2012
Policías toman control en aduanas fronterizas (EDH)
Protestas de sindicalistas de Hacienda y Salud generan millonarias pérdidas y caos por segundo día consecutivo.
Agentes de la División de Control Migratorio y Fiscal irrumpieron
ayer en el local de Aduanas en la frontera La Hachadura y en las otras
del país para retomar el trabajo aduanal y evitar más pérdidas en
productos perecederos que un limitado número de sindicalistas provocaba
con su huelga.
La acción policial se dio a dos días de que los
sindicalistas de Hacienda causaran pérdidas por alrededor de 80
millones de dólares al sector empresarial salvadoreño y, en general, en
la economía del país, así como a otros empresarios de la región que
comercian con el país.
Los agentes evitaron, además, que un
grupo de transportistas linchara a los huelguistas, luego de que les
reclamaran por las pérdidas que como empleados están teniendo.
Y mientras en las oficinas de las Tres Torres de Hacienda los
sindicalistas contaban chistes y vociferaban consignas de lucha,
exigiendo el famoso bono de $1,000, acordado en el Laudo Arbitral
firmado en diciembre pasado, en el sector Salud cinco hospitales
nacionales también se mantenían en paro administrativo desde el martes.
Hasta
ayer, la paralización de labores no había afectado la atención de las
emergencias y consultas externas, pero sí entorpeció la compra de
insumos médicos y, sobre todo, las cirugías. Los sindicalistas
esperaban mantener la medida hasta hoy, siempre y cuando las autoridades
les atendieran sus peticiones.
Por si fuera poco, los lisiados
de guerra también marcharon por algunas calles del centro capitalino
para exigirle al Gobierno que cumpla los compromisos económicos que
adquirió meses atrás.
Los lisiados aseguraron que tienen la
capacidad de paralizar el país si sus peticiones no son cumplidas por el
Gobierno, cuyos funcionarios han preferido mantenerse atrás del
escenario, en donde prevalece el descontento de los sectores sociales.
Las pérdidas
Un
sondeo realizado ayer por la Asociación Salvadoreña de Industriales
(ASI) refleja el impacto del cierre de las seis fronteras salvadoreñas,
que ha impedido la salida del transporte de carga, así como también el
ingreso de insumos que la industria importa para la producción.
El
sondeo, que omite el nombre de las empresas, detalla que entre las más
afectadas se encuentra una del rubro de productos alimenticios (de
boquitas), la cual considera que si el paro no se detiene, podría verse
afectada, debido a que el 60% de la materia prima utilizada en la
producción es importada. "Sólo tenemos materia prima para dos días
más", informó la empresa.
De quedarse desabastecidos de materia
prima, la empresa se tendría que parar la producción, pero la empresa
siempre tendría que pagar los salarios a los empleados. Esto podría
costarle a la compañía unos $3 millones diarios.
En el área
administrativa, el paro también ha obstaculizado el trámite de las notas
de crédito por un monto que asciende a unos $600,000. Tampoco han
podido efectuar la solicitud de créditos fiscales. Este atraso asciende a
$1.5 millones.
Una empresa distribuidora de material eléctrico
informó que no han podido pasar unos cinco camiones que llevaban
cargamento a otros países de Centroamérica.
La investigación
indicó que la Empresa de Transporte Internacional tenía retenidos 23
furgones con mercadería de varias compañías.
En fronteras también
se encontraban 20 camiones con postes que iban hacia Nicaragua, pero
que no habían podido llegar a su destino.
Más de mil tráileres
En
general, la medida de los sindicalistas provocó filas de hasta cuatro o
cinco kilómetros de vehículos de transporte de carga. Nelson Vanegas,
presidente de la Asociación Salvadoreña de Empresarios del Transporte de
Carga (Asetca), confirmó que hasta ayer al mediodía más de 1,000
furgones se encontraban detenidos en fronteras.
Los empleados de
Aduanas asignados a la frontera El Amatillo, en Pasaquina, La Unión,
trataron de persuadir a los transportistas de carga para que fueran
ellos quienes bloquearan todo el paso de automotores por esa frontera.
De
eso dan fe varios transportistas, como Danilo Laínez, quien ayer
cumplía 48 horas de esperar para que le permitieran sacar del país su
cargamento de cartón. Según él, los transportistas se quejaron porque en
Aduanas estaban permitiendo el paso, en ambas vías, solamente a quienes
transportaban productos perecederos.
"Fuimos y les reclamamos que
eso era injusto, que no podían estar dejando pasar a unos sí y a otros
no; entonces ellos (los empleados de Aduanas) nos pidieron que
atravesáramos los furgones en toda la calle, para que nadie pasara, pero
no nos prestamos a ese juego", dijo Laínez.
Héctor Antonio
Cortez, un costarricense, identificó en esa acción "la mala intención de
los muchachos de Aduanas, porque luego iban a decir que sus peticiones
eran tan justas que hasta nosotros nos sumamos al paro... a mí sus
problemas realmente no me importan", argumentó.
Cortez dijo que él
salió de Costa Rica hace 20 días, con productos de consumo masivo, y
que este paro le afecta el bolsillo. Dice que por cada día que pierde en
el paso fronterizo debe pagar dos dólares de parqueo y a ello se suma
el dinero que debe pagar para alimentarse él y su ayudante.
Cristóbal
Cárcamo, otro transportista, lamentó las acciones implementadas en la
aduana, porque argumentó que "los agentes de aduanas están cómodos en
aire acondicionado y nosotros debemos sufrir el calor del pavimento y el
fuerte sol".
En la frontera Las Chinamas, el paso de los
vehículos de carga se mantuvo restringido. Los furgones permanecieron
estacionados a partir del kilómetro 110 de la carretera Panamericana.
Juan
Alberto Escamilla estuvo ayer en esta frontera desde la 6:00 de la
mañana. Su destino es Guatemala para traer mercadería. "No tenemos
opción que esperar. Las ganancias que yo obtengo son por viaje, por lo
que con este tipo de situaciones pierdo hasta 80 dólares diarios. Espero
que lleguen a un arreglo".
La dificultad de los transportistas
para ingresar mercadería se comenzó a percibir ayer en los mercados
capitalinos, en donde los tomates y chiles fueron los primeros que
subieron de precio.
Según algunos importadores de La Tiendona, en
San Salvador, en cuestión de dos días la caja de tomate pequeño pasó de
$9 hasta $14, mientras que el grande varió de $13 a $15, mientras que la
bolsa de chile pasó de $7 a $10.
José Raúl Alfaro, mayorista de
dicho mercado, comentó que había logrado pasar sus productos, debido a
que en la noche del martes un grupo de transportistas ejerció presión
ante los huelguistas. Sin embargo, si los camiones siguen varados en las
fronteras, para hoy podría haber escasez de hortalizas que se
comercializan en los centros de abasto del país, pues la mayoría es
importada.
Ayer, luego de una reunión entre la Dirección General
de Aduanas (DGA) y las gremiales del transporte de carga, se anunció un
plan contingencial, a la espera de agilizar el flujo comercial detenido
durante estos días de paro.
El plan de Aduanas, colgado en el
portal de Hacienda, detalla el procedimiento a seguir por los
transportistas en La Hachadura, El Amatillo, San Cristóbal y Anguiatú.
Raúl
Alfaro, presidente de la Asociación Salvadoreña de Transportistas
Internacionales de Carga (Astic), informó que el plan facilitará el paso
de furgones vacíos, con productos perecederos y refrigerados y en
tránsito. La medida contiene acciones para el tránsito internacional,
importaciones, exportaciones, marchamos. Ayer en El Amatillo empezaron a
dejar pasar furgones vacíos, con productos perecederos, y a turistas.
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