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MODERACION
viernes, 29 de junio de 2012
Debemos tener un Aeropuerto de Primera Clase (El Mundo)
Tener un aeropuerto moderno, eficiente y atractivo, que pueda duplicar el tráfico de pasajeros en el más corto periodo de tiempo, debe ser una prioridad estratégica.
Roberto Kriete, Presidente de la Junta Directiva de Avianca Taca,
tiene razón en decir que El Salvador debe ampliar el Aeropuerto
Internacional de El Salvador para ser una referencia en el mercado aéreo
regional. Kriete menciona que si El Salvador no lo hace, Avianca Taca
construirá su propia terminal.
El Gobierno le debe tomar la palabra a Roberto Kriete. Ya sea que la
empresa privada decida invertir millones de dólares para construir una
nueva terminal aérea, o el Gobierno tome la iniciativa de hacerlo, es
necesario que la clase política pacte con la empresa privada el futuro
del Aeropuerto Internacional de Comalapa.
El Aeropuerto de Comalapa se ha quedado pequeño. CEPA está
invirtiendo millones de dólares para mejorarlo, pero esta inversión,
aunque necesaria, no es suficiente. El Salvador debe apostar para
ampliar las pistas de aterrizajes, crear una nueva terminal
exclusivamente para atender el tráfico aéreo extra regional, y persuadir
a más aerolíneas internacionales, especialmente Asiáticas y Europeas,
que utilicen el Aeropuerto, ubicado en San Luis Talpa, como punto de
entrada en Centro América.
Sin un aeropuerto que sea un referente regional, El Salvador no podrá
competir. Una de las razones principales porque las empresas deciden
establecer sus sedes corporativas en una ciudad o país, es la existencia
de un eficiente sistema aeroportuario. La ciudad de Atlanta, Georgia,
por ejemplo, es más atractiva que Milwaukee, Wisconsin, por el simple
hecho de tener uno de los principales aeropuertos de Estados Unidos.
CNN, Coca Cola, e inclusive, organismos federales, como el Centers
for Disease Control & Prevention, han escogido Atlanta como su sede
principal. En Estados Unidos, así como en otros países, las ciudades
utilizan los aeropuertos modernos como escaparate para atraer más
inversión. En España, por ejemplo, Barcelona ha construido una nueva
terminal aérea para poder competir con Madrid, la cual tiene el
principal aeropuerto del país.
Barcelona trabaja sin descansar para promover su nueva terminal
aérea, y así reemplazar a Madrid como punto de entrada a España. La
clase política catalana sabe que la única manera que Barcelona podrá
desplazar a Madrid como referente aéreo es atrayendo más aerolíneas
internacionales. Si existen más vuelos directos entre Barcelona y Los
Ángeles, por ejemplo, Barcelona se volverá más atractiva para empresas
californianas que quieren abrir una sede en España.
En el actual mundo empresarial, las empresas buscan seguridad
jurídica, mano de obra calificada, competente, fiable y responsable.
Igual de importante, buscan también no perder tiempo. El tiempo es oro.
Es por eso que ciudades que no ofrecen un aeropuerto eficiente, son
menos exitosas en atraer inversión. Singapur, por ejemplo, tiene uno de
los aeropuertos más modernos del mundo. Singapur es un país/ciudad
pequeño, pero es el puente de entrada en Asia.
Singapur también es una potencia económica mundial. Difícilmente
Singapur hubiese podido avanzar y ocupar su posición económica mundial
sin un aeropuerto de primera clase. Por otro lado, cerca de Singapur,
está Manila, Filipinas. Para llegar a Manila desde Europa, es necesario
pasar por Singapur o cualquier otra ciudad asiática importante. Manila
es una de las ciudades más pobres de Asia.
No es fácil convencer a aerolíneas como Air France, Singapur
Airlines, etc., que utilicen a El Salvador como punto de entrada a las
Américas, con conexiones a Norte y Sur América, si El Salvador no
apuesta decisivamente para hacer del Aeropuerto Comalapa un referente
regional. Roberto Kriete tiene razón: El Salvador no puede esperar más.
Tener un aeropuerto moderno, eficiente y atractivo, que pueda
duplicar el tráfico de pasajeros en el más corto periodo de tiempo, debe
ser una prioridad estratégica. Esto requiere que la clase política esté
a la altura de las circunstancias. Si la empresa privada decide tomar
la iniciativa, se deben acordar las reglas del juego, con las cuales
podamos vivir por los siguientes 100 años.
No
podemos pedir que la empresa privada invierta millones de dólares, y
luego decir que las reglas cambian. Por eso debemos ponernos de acuerdo,
todos, sociedad civil, política y empresarial, para definir el
mecanismo que un Kriete o cualquier otro inversionista, nacional o
extranjero, venga a El Salvador a construirse una terminal aérea. El
Salvador debe gestionar la inversión con una óptica futurista. Cuando
dejamos que Panamá sea el punto de entrada en Centro América, la imagen
del país se vuelve poco atractiva. Cuando es imposible ponernos de
acuerdo sobre el futuro del principal bien estratégico del país, también
nuestra imagen internacional se deteriora, siendo más difícil para
convencer a empresas que se establezcan en el país.
Hacer del Aeropuerto Comalapa una referencia regional no debe ser
archivado en planos maestros. Debemos tomar acción. No debemos dejar que
Panamá ni cualquier otro país siga siendo el principal punto de entrada
a Centroamérica. Cuando nos aislamos con un aeropuerto mediocre, le
decimos al mundo que también nosotros somos mediocres. Debemos pensar en
grande. Debemos tomar iniciativas grandes. Debemos tener un aeropuerto
grande, que nos permita competir y sobrepasarle a cualquier país en la
región.
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