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MODERACION
miércoles, 16 de noviembre de 2011
¿El Ministro de quién? (El Mundo)
Romeo Lemus
Periodista
Periodista
El próximo Ministro de Seguridad Pública debe responder a la población y a nadie más. Ni al FMLN ni ARENA.
Lo lógico es que el funcionario sea de confianza del presidente Mauricio Funes porque es a él quién la población le reclama por la seguridad pública. Es él quién debe cuidarse las espaldas de aquellas mentes que todavía alimentan la esperanza de conspirar y de desestabilizar.
La verdad es que en esto no hay que crear muchas expectativas. Llegue quien llegue la cosa no será fácil. Pero la esperanza de avanzar en la lucha contra la delincuencia es menos si por encima del interés nacional anteponemos los de un partido político o de grupos que buscan protección.
La persona que se nombre en el cargo de Ministro de Seguridad antes de pertenecer a un partido debe ser capaz y conocedor a lo que se enfrenta. Si es de mi agrado, de mi confianza y de mi partido es lo de menos.
Si usted le pregunta a la población sobre cómo debe ser el próximo responsable de la seguridad sin duda la respuesta será: eficiente. Lo mismo pienso yo y quizá usted que está leyendo este artículo. Mal haríamos en apoyar un funcionario por su color político y vinculación partidaria antes que por su capacidad.
Insisto, el único que puede tener derecho a reclamar confianza y lealtad en ese sentido es el presidente Mauricio Funes.
Presidente cuyo gabinete no responda a su plan de gobierno es un presidente de adorno, sin fuerza. Presidente cuyo Ministro de la Defensa, y cuyo Ministro de Seguridad no sean hombres de su confianza es un Presidente que no duerme tranquilo por las noches. Basta ver lo que recién pasó en Honduras donde el mandatario fue secuestrado en la noche por el ejército y sacado del país.
Pero más allá de eso, el Presidente de la República tiene el derecho y la obligación de escoger a su gente. Cuando la población vota por él, le está depositando su confianza. Le está diciendo que confía en la gente que va a escoger para que sacar adelante el país.
Por eso mismo, las malas decisiones también pesan sobre esta figura. Es al Presidente que le pasa factura la población por sus errores y por sus aciertos. Al que califica.
El presiente debe garantizar que la gente que le rodea sea la idónea para resolver los problemas del país.
Cuando el Presidente gana las elecciones se debe despojar de presiones, de colores políticos y convertirse en un estadista, un ciudadano que vele por todos y todas, al igual que su gabinete.
Los ministros y ministras, aun cuando pertenezcan a un partido político deben poner por encima el interés del país. Trabajar porque Juan Pérez que votó por ARENA y María que votó por el FMLN gocen, se sientan parte, incluidos en el todo.
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