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*La moderación es el proceso de eliminar o atenuar los extremos, es buscar el equilibrio.     *En la moderación se halla lo mejor en ética, en política, en economía. Por eso, Rubén Darío decía que “la moderación es el mejor de los bienes”.     La Real Academia Española define la moderación como sinónimo de “cordura, sensatez, templanza en las palabras o en las acciones”.     Son esas, precisamente, las características o cualidades que más se deben poner en práctica dentro de la política nacional.    

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martes, 23 de agosto de 2011

El gran ejemplo, los Acuerdos de Paz (LPG)


El gran ejemplo, los Acuerdos de Paz - La Prensa Grafica - Noticias de El Salvador

“Los Acuerdos de Paz son el gran ejemplo de que podemos lograr grandes acuerdos de nación. El grupo que maneja el FMLN no estaría en el poder sin ellos y sin la ley de amnistía. Hagamos honor a la historia.”

Con frecuencia se habla de la necesidad de tomar grandes acuerdos de nación, de adoptar objetivos comunes de largo plazo en los que se logre un fuerte consenso a su alrededor y luego se sigan sin importar los cambios de gobierno, ya sean del mismo partido o no, mandatos de sociedad que pasan a formar parte de la agenda de todo gobierno por los siguientes 20 o 30 años. Algunas adecuaciones se darán para los tiempos y las circunstancias del momento, no a la esencia de la política de estado adoptada.

Al momento el único acuerdo relevante de nación, construido si no entre los diferentes actores de la sociedad, entre los actores de la guerra, son los Acuerdos de Paz, firmados entre la guerrilla del FMLN, las cinco organizaciones que lo formaban, representando la insurgencia armada que deseaba llegar al poder por la vía armada, y el gobierno presidido entonces por Alfredo Cristiani, con el apoyo de Naciones Unidas y una docena de países que se involucraron.
Dichos acuerdos finalizaron la guerra y sin restar mérito a los actores finales, las condiciones internas fueron cambiando favorablemente, la guerrilla lanzó su gran ofensiva “hasta el tope” en noviembre de 1989, mientras negociaba y si bien puso en serios aprietos al Ejército Nacional, mostró que no podrían ganar militarmente la guerra como estaba diseñado y la insurrección popular nunca se produjo.
Cuando invadieron los barrios populares y se escudaron en la población, esta no tomó las armas, huyó de sus casas en cuanto pudo. Externamente se derrumbó el muro de Berlín, colapsó la Unión Soviética y los países comunistas de Europa pasaron a la democracia, los radicales perdieron el referente ideológico y mucha de la ayuda que les llegaba.
El ejército tenía el apoyo de Estados Unidos, entrenamiento, armamento y municiones. Carter nos hubiera dejado caer como a Nicaragua, pero llega al poder Ronald Reagan y traza la línea geopolítica en El Salvador, decide que no dejará instaurarse un régimen revolucionario, anti Estados Unidos alineado con el bloque comunista.
Posiblemente el ejército podría haber ganado o casi diezmado a la guerrilla, pero Estados Unidos tuvo la sabiduría de no dejarlos ganar militarmente. Si así hubiera sido, el conflicto, quizá de otra dimensión se habría prolongado, probablemente el ejército con poder estaría como en Guatemala infiltrado por el crimen organizado y el narcotráfico. Ahora es la institución más respetada.
Convencer el ejército no fue labor sencilla, ellos tenían el poder, cuestionados y ayudados, pero lo tenían. Cristiani tuvo la ayuda de dos protagonistas importantes para lograr la paz, aliados improbables en un objetivo esencial para el país, ambos figuras históricas que ayudaron a que esto sucediera, ambos despertaron grandes pasiones en dos lados opuestos del espectro social, Ignacio Ellacuría, filósofo y líder jesuita, y Roberto D'Aubuisson, fundador de ARENA, que ayudaba a Cristiani a convencer a los militares. Magnífico ejemplo de que podemos lograr grandes acuerdos.
Por otro lado la sociedad no habría tratado de reconciliarse, algo que está en camino, pero a lo que un grupo de exinsurgentes ahora en el poder no ha contribuido mucho en el camino y poco ahora, pues su discurso de clases y antagonismo se mantuvo y aún se mantiene en casos claros, alimentando el odio en el corazón y las cabezas de muchos.
Los Acuerdos de Paz le quitaron el poder a los militares, se los devolvieron a los civiles, la importantísima Ley de Amnistía permitió principalmente que los guerrilleros depusieran las armas y se integraran a la política como civiles. No estarían en el poder si no fuera por esa ley.
Si se lograron esos acuerdos complicados, debiera ser más fácil llegar a acuerdos para combatir la violencia, mejorar la economía, seguir un plan de educación, limpiar ríos y quebradas o reforestar la cuenca del Lempa.
Escrito por Rafael Castellanos

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