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MODERACION

*La moderación es el proceso de eliminar o atenuar los extremos, es buscar el equilibrio.     *En la moderación se halla lo mejor en ética, en política, en economía. Por eso, Rubén Darío decía que “la moderación es el mejor de los bienes”.     La Real Academia Española define la moderación como sinónimo de “cordura, sensatez, templanza en las palabras o en las acciones”.     Son esas, precisamente, las características o cualidades que más se deben poner en práctica dentro de la política nacional.    

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lunes, 18 de julio de 2011

Con la salud, nadie debe realizar juegos perversos ( Diarío el mundo)


Los sindicalistas de Salud deben buscar otra vía para que se atiendan sus demandas menos el sufrimiento y los atropellos de los derechos de los enfermos.
Al fuerte caudal de problemas que encara el país, debemos, ahora, agregar uno más: la paralización de los servicios de salud en hospitales públicos, por decisión de un grupo de sindicalistas que desean poner en jaque al gobierno para llenar apetitos gremiales.

Cualquiera que sean las demandas de los sindicalistas, nadie debe, ni puede, jugar con la salud de los salvadoreños. Mucho menos a sabiendas que los usuarios de esos servicios hospitalarios son, mayoritariamente, personas sin recursos para acudir a médicos privados, trabajadores, niños o mujeres que esperan que sus males sean valorados.

El reciente paro de los trabajadores de la salud nos permitió conocer historias de personas que aguantaron hambre hasta quince horas, o viajaron dos o tres días, a base de caridad humana, para que se les atendiera en un hospital. Son hechos como esos los que deben llevar a los sindicalistas a humanizar sus conductas. No es golpeando beneficiarios sin recursos como se gana un pugilato contra el gobierno.

Si los sindicalistas pretenden ganar una batalla que dicen es reivindicatoria, al menos deberían ser selectivos con todos aquellos que padecen una enfermedad grave y acuden a un hospital, o a una cita médica, o para ser examinados u operados.

No hay razón alguna, mucho menos pretensiones salariales o de nuevas condiciones laborales, que estén por encima de un derecho humano como es la vida. Tampoco se debe estar sobre del dolor que siempre arrastra una enfermedad. Decir, lo contrario, es una canallada.

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