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MODERACION

*La moderación es el proceso de eliminar o atenuar los extremos, es buscar el equilibrio.     *En la moderación se halla lo mejor en ética, en política, en economía. Por eso, Rubén Darío decía que “la moderación es el mejor de los bienes”.     La Real Academia Española define la moderación como sinónimo de “cordura, sensatez, templanza en las palabras o en las acciones”.     Son esas, precisamente, las características o cualidades que más se deben poner en práctica dentro de la política nacional.    

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lunes, 19 de marzo de 2012

Ahora hay una directriz para todos: inteligencia, creatividad y realismo (LPG)

El populismo barato sale caro, y sobre todo cuando para sostenerlo hay que complicar a otros, como ha ocurrido con la “racionalización” de los subsidios. 

Los resultados de las elecciones del domingo 11 ponen, como venimos señalando, una nota de estabilidad en el ambiente, que debe ser asumida tanto por el Gobierno como por los partidos políticos. Esta ha sido una señal necesaria para todos, tanto en función de las políticas gubernamentales como de los movimientos partidarios. Y detrás de esa señal está un mensaje más de fondo, que nunca tendría que haber sido olvidado por nadie: hay que hacer las cosas bien, no sólo porque es un deber de responsabilidad, sino porque el ciudadano está cada vez más consciente de lo que le conviene y más dispuesto a defender sus derechos.
Hay signos muy determinantes que se han enfatizado con estas elecciones. Uno de ellos es que no basta con atender a un sector poblacional para tener garantizados buenos resultados. La tendencia gubernamental ha sido darle alguna asistencia directa a gente en condiciones de vida más precarias. Eso como concepto está bien, pero como ejercicio puede prestarse a simplemente buscar quedar bien. El populismo barato sale caro, y sobre todo cuando para sostenerlo hay que complicar a otros, como ha ocurrido con la “racionalización” de los subsidios. Los resultados en las urnas están a la vista, y hoy vienen las lamentaciones y los reclamos políticos.
Dadas las condiciones existentes en el país, estos comicios vienen a subrayar saludablemente que ya no podemos seguir en la línea del desencuentro nacional, sino ir por la ruta contraria: la de la progresiva construcción de entendimientos. Y al decir entendimientos no nos referimos a las conocidas componendas en la Asamblea, que se cocinan en Casa Presidencial: hablamos, como también parece hablar el electorado, de acuerdos básicos de país, más allá de imágenes publicitarias y de posiciones ideológicas o partidarias intransigentes. Si esta tarea no se emprende como debe ser, continuaremos tropezando a cada paso en la vía del desarrollo.

Más allá de las necesarias evaluaciones sobre las cifras electorales, es claro fuera de toda duda que hoy todos y cada uno de los actores políticos, tanto en el Gobierno como en los partidos, tendrían que manejarse conforme a tres exigencias de la misma realidad: inteligencia, creatividad y realismo. Inteligencia para enfrentar los desafíos y aprovechar las oportunidades del presente; creatividad para potenciar y administrar las condiciones concretas de esa realidad en la que todos nos movemos tanto nacional como regional y globalmente; y realismo para ver las cosas como son y no como nos gustaría que fueran, en lo político, en lo económico y en lo social.
En el pequeño tramo de aquí al inicio de la nueva legislatura, nadie debería alocarse, intentando sacarle partido a la actual correlación de fuerzas, que es artificiosa, sobre todo a la luz de lo que el electorado manifestó en las urnas hace una semana. Si los actores políticos no aprenden de la experiencia y quieren mantenerse en el “esto lo digo yo”, las sorpresas que vendrán se les irán volviendo crecientemente inmanejables, y lo peor es que el costo de esas facturas siempre se traslada a la ciudadanía. No es de extrañar, entonces, que ésta, sobre todo en sus niveles más conscientes, se halle cada vez menos anuente a someterse a los dictados de la llamada “clase política”.
El que no aprende de la experiencia la repite con más riesgos. En el escenario democrático eso se hace evidente en el día a día. Esperamos, pues, que estas elecciones sirvan de muestrario aleccionador para todos los que actúan políticamente en los ámbitos locales y nacionales.

 

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