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MODERACION

*La moderación es el proceso de eliminar o atenuar los extremos, es buscar el equilibrio.     *En la moderación se halla lo mejor en ética, en política, en economía. Por eso, Rubén Darío decía que “la moderación es el mejor de los bienes”.     La Real Academia Española define la moderación como sinónimo de “cordura, sensatez, templanza en las palabras o en las acciones”.     Son esas, precisamente, las características o cualidades que más se deben poner en práctica dentro de la política nacional.    

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lunes, 7 de noviembre de 2011

Asocio para el Crecimiento: oportunidad y desafío (LPG)

Si todo esto se cumple en los hechos de la manera en que ha sido planteado, sin duda nos hallamos ante un experimento con grandes posibilidades de éxito.

Se ha firmado esta nueva alianza entre Estados Unidos y El Salvador, con el propósito explícito de hacer esfuerzos concretos y eficaces para superar los obstáculos que impiden un crecimiento satisfactorio y sostenido en nuestro país. De entrada, la concepción de este original enfoque de lo que debe ser una cooperación efectiva en la línea del desarrollo constituye un reconocimiento de que los tiempos actuales requieren respuestas actuales. Y es que el concepto de “ayuda internacional” también ha venido evolucionando, de ser una especie de dádiva imperial hasta derivar hoy en lo que puede llamarse asociación de efectos compartidos.

Ya los ejercicios resultantes de la puesta en práctica de los planes financiados con fondos de la Cuenta del Milenio, como el Proyecto de la Zona Norte en nuestro país, cuya columna vertebral es la construcción de la Carretera Longitudinal del Norte, tenían elementos muy positivos de corresponsabilidad, sobre todo en la ejecución concreta de lo planificado. Hoy, con el Asocio para el Crecimiento, se avanza con más audacia en el ámbito de la cooperación, pues el esquema participativo es más ambicioso, incorporando explícitamente a nuevos actores como el sector privado y las organizaciones sociales, y yendo más directamente al tratamiento específico de los problemas que subyacen en el desenvolvimiento de la vida real del país, como son la inseguridad, el déficit de productividad y las limitaciones de la competitividad.
Desde la perspectiva de este nuevo enfoque se hace necesario ampliar la gama de herramientas para lograr resultados tangibles y sostenibles; y es por eso que el Asocio comprende aspectos como la inversión privada, la asistencia técnica puesta al día, la apertura a la incorporación al proyecto de otros socios internacionales y el énfasis en el tratamiento de los problemas sociales. Está claro que se va superando el esquema de la ayuda tradicional, y esto se hace a partir de un análisis de base que quiere reconocer los signos de los tiempos, uno de los cuales, de seguro el más imperioso, es la progresiva disolución de las fronteras tradicionales, no sólo geográficas sino sobre todo conceptuales y de relación.
Es importante destacar que en este Asocio se busca compartir los diagnósticos sobre la problemática a la que se le buscarán soluciones, la definición de prioridades de trabajo, las decisiones aplicables a los proyectos por realizar y los respectivos cursos de acción. Si todo esto se cumple en los hechos de la manera en que ha sido planteado, sin duda nos hallamos ante un experimento con grandes posibilidades de éxito. El punto clave, como siempre, está en la forma en que las cosas se hagan y en los compromisos que su progresiva ejecución genere.
Para nuestro país, que es uno de los cuatro en el mundo con que se inicia este novedoso esquema de ayuda internacional interactiva, el Asocio es un reto muy importante y significativo, que va más allá del Asocio mismo. Estamos en realidad, en todos los órdenes, ante la necesidad imperativa y ya inaplazable de definir en serio y con la audacia responsable del caso nuestra ruta ordenada y segura hacia el desarrollo. En otras palabras: la principal responsabilidad de que iniciativas como ésta funcionen como palancas verdaderamente virtuosas y eficientes recae en nosotros mismos. Hoy, en la era global, tiene más valor que nunca la antigua e incuestionable máxima de la sabiduría popular: Ayúdate que te ayudaré.

 

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