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MODERACION

*La moderación es el proceso de eliminar o atenuar los extremos, es buscar el equilibrio.     *En la moderación se halla lo mejor en ética, en política, en economía. Por eso, Rubén Darío decía que “la moderación es el mejor de los bienes”.     La Real Academia Española define la moderación como sinónimo de “cordura, sensatez, templanza en las palabras o en las acciones”.     Son esas, precisamente, las características o cualidades que más se deben poner en práctica dentro de la política nacional.    

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viernes, 5 de agosto de 2011

Que CEL muestre sus Wikileaks (Diario El Mundo)

Haría mejor el Presidente Mauricio Funes si, de una vez por todas, autoriza que se le explique a todos los salvadoreños lo que pasó con la GEO y quiénes son los responsables de lo que ahí pasó.
Es hora, sin medias tintas, ni dobles morales, ni posturas mendaces,  que los salvadoreños sepamos cómo fue que LaGeo, una de las más importantes generadoras eléctricas del Estado, patrimonio de todos, va a ir a parar a manos de una empresa multinacional italiana.
La historia de lo que pasó en el 2001, cuando se produjo la más oscura e ilegal privatización de un patrimonio de todos los salvadoreños, debe explicársele a todo el país. Y eso debe hacerse de frente, con nombres y apellidos de los responsables de  que eso ocurriera y  con documentos en la mano. Conozco algunos detalles. No todos. Pero, los quisiera conocer con toda su complejidad. Esa es la única manera de decirle, cara a cara, a la gente, lo que pasó.
Las ocultaciones llevan más de una década. Las protecciones de nombres también. Les diré lo que sé y me consta: en el 2001, CEL buscó un socio estratégico para aumentar la producción de energía eléctrica basada en la geotermia, en el calor que sale del subsuelo salvadoreño que, además, es propiedad del Estado. Para cumplir con eso, se hizo una licitación. Pero, en ninguna línea de las bases de ese concurso, se decía que quien ganara el asocio con CEL recibiría, a cambio de su inversión, acciones de la empresa estatal.
La licitación la ganó ENEL, una empresa italiana. Pero, misteriosamente, y por razones que habría que buscar en otras tierras, se firmaron una suerte de contratos privados, sacados de las mangas y la mente de un “patriota”, en que se le concedió a ENEL la potestad de canjear sus inversiones por acciones de la empresa estatal.
Nadie sabe de donde se sacó ese “patriota” las facultades para hacer eso. Se brincó desde el principio de legalidad que rige las conductas de los funcionarios públicos (“sólo se puede hacer lo que la ley lo autoriza”), hasta la moral pública. Se enoje quien se enoje, esa es la verdad. Ninguna ley facultaba al “patriota” a firmar acuerdos derivados o alejados  de la licitación pública. A pesar de eso, a pesar de todas las anomalías juntas, se le entregó a los italianos la posibilidad de transformar sus inversiones en acciones de LaGeo.
Póngamosle, entonces, nombre a eso: en la más completa oscuridad e ilegalidad  un solo funcionario aprobó la privatización de bienes del Estado, sin que eso pasara, como debió ocurrir, por la Asamblea Legislativa o por procesos legales administrativos mayores.  Con los años, sucedió de todo: desde fallidas exploraciones geotérmicas hechas en nuestro subsuelo que se cobraron como acciones, hasta la entrega de una turbina de quinta categoría y hecha pedazos que también se quiere cobrar con un traspaso de acciones ( $9 millones costó el jueguito de que nos enviaran una turbina que no servía para nada).
A LaGeo, además, la amarraron financieramente. Se firmó un juego entre el tigre y el ratón. ¡Menuda despellejada le pegaron al Estado en una subsidiaria de CEL que es muy rentable y seguirá siendo muy rentable!
Durante una década, el nombre del responsable de todo eso, ha quedado en el anonimato. Nadie quiere decirlo públicamente. Nadie quiere enseñar los documentos que firmó el “patriota”.
Elexpresidente Elías Antonio Saca y Nicolás Salume, expresidente de CEL, conocieron bien la historia de ese desaguisado. Salume peleó con todo. Nunca quiso entregar las acciones que le reclamaban los italianos porque sabía que era producto de un asalto al Estado. Saca lo apoyó en eso, a pesar de que un grupo de amigos del “patriota” gritaban, a voz en cuello, que las firmas las debía respetar el gobierno porque, de lo contrario, saldría corriendo la inversión extranjera.
Los muy descarados, sin embargo, nunca dijeron nada sobre la forma cómo se privatizó una empresa del Estado sin pasar, nada de eso, por la Asamblea Legislativa. Eso lo callaron. Eso lo ocultaron. Hace bien, muy bien, la nueva administración de CEL encabezada por Irving Tóchez, en pararse de manos y tratar de detener el asalto de acciones en perjuicio del Estado.
Haría mejor el Presidente Mauricio Funes si , de una vez por todas, autoriza que se le explique a todos los salvadoreños lo que pasó con la GEO y quiénes son los responsables de lo que ahí pasó. Y si hay que morir parados, pues muramos como decía Omar Torrijos, el exgobernante de Panamá: “de pie o muertos, pero nunca de rodillas”. Lo mejor es que se piense en establecer un juicio de lesividad contra todo lo que firmó el “patriota”. Sin duda, se lesionaron intereses del Estado. En este tema no hay que temerle al escándalo. Si hay que entregar las acciones de LaGeo, lo que menos podemos esperar es que se nos diga quiénes y cómo fueron los responsables de esa vergonzosa subasta del patrimonio nacional.

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